Italia fue la primera en Europa en sufrir situaciones no deseadas, personas enfrentándose en soledad al ingreso, a la enfermedad, y desgraciadamente incluso a la muerte. Y totalmente en silencio. Se encontraban ante una falta de medios tecnológicos para hacer video llamadas a familiares.
Empezaron iniciativas para entregar dispositivos a las personas ancianas enfermas, aisladas por covid-19, para que pudieran despedirse de sus seres queridos.
La situación empezó a repetirse en España, nuestros seres queridos en los hospitales, lejos de los suyos. El personal del hospital que los acompaña, humaniza lo máximo la situación, pero sabemos que los seres queridos son irreemplazables.
Y nos movemos. No nos quedamos atrás.
Nuestro movimiento empieza a trabajar, a buscar contactos, a crear la red, a defender un derecho, el DERECHO A CONECTARSE.
Conectarse para estar cerca de los tuyos, sentir que siguen ahí.
Conectarse para compartir, para acercar, para reír o para llorar.
Conectarse para dejar atrás la soledad de esta pandemia en los hospitales y residencias.
Pacientes aislados en UCIs, en hospitales, en hoteles convertidos en hospitales, en hospitales de campaña, personas en cuarentena que por prevención se aíslan para cuidar de nuestros mayores en los centros, esos centros que hasta ahora eran centros abiertos a todos, ahora se mantienen cerrados y aislados del mundo.
Luchamos para que estas personas tengan DERECHO A CONECTARSE.
Somos Covid Warriors, no nos rendimos.
Nuestro trabajo no ha hecho más que empezar, es un derecho para unos y para nosotros se ha convertido en nuestra obligación, la obligación de conseguir las tabletas y asegurarnos que llegan.